dimarts, 14 de febrer del 2012


Tiempos extraños y difíciles.-

Estamos viviendo tiempos extraños. Extraños y difíciles. Despedimos cada semana con la sensación de que nuestra capacidad de sorpresa e indignación ha sido forzada hasta límites insoportables sólo para vernos enfrentados en el inicio de la siguiente a declaraciones y anuncios de medidas que, tanto en el fondo como en la forma, suponen una vuelta de tuerca más en esta especie de macabra prueba de stress que las clases dirigentes europeas y nacionales han decidido aplicar a la clase trabajadora y a la ciudadanía en general de los pueblos de Europa. 

La lista es interminable en esta insensata carrera de provocaciones y despropósitos. Es como si los representantes de la derecha política y económica que dirige en estos momentos el destino de Europa compitiesen entre ellos por superar a diario marcas de insensibilidad y desvergüenza. Como si se sintiesen compulsivamente inclinados a manifestar una absoluta falta de empatía, rayana en ocasiones con el desprecio chulesco, con el sufrimiento y la desesperación que las medidas que anuncian infringen a amplias capas de la sociedad. 

No deja de sorprender en la gestión que de esta crisis está haciendo la derecha político/económica europea que su acreditado egoísmo y su desmedida avaricia vayan en esta ocasión de la mano de una ceguera y una falta de lucidez tan absoluta que le impide ver las peligrosas implicaciones que para la paz social, y por tanto para el confort y tranquilidad de su propia clase, supone el desmantelamiento del estado del bienestar en el que tan alegre e irresponsablemente se ha embarcado. Como decía Tony Judt “Gracias a medio siglo de prosperidad y estabilidad, Occidente ha olvidado el trauma social y político que representa la inseguridad económica de las masas, y en consecuencia no se recuerdan las razones que llevaron en primer termino a la creación de los estados del bienestar de los que hoy disfrutamos”. Treinta años de bombardeo ideológico neoliberal nos han traído a esta situación. Esperemos que no sea demasiado tarde y estemos todavía a tiempo de evitar que el estado del bienestar quede reducido a una referencia en los libros de historia sobre una extravagancia europea que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo veinte. 

La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha convocado una jornada de movilización europea el día 29 de febrero para protestar contra el anunciado Tratado intergubernamental sobre la estabilidad, coordinación y gobernanza en la unión económica y monetaria. La jornada de acción se convoca en vísperas de la Cumbre de primavera del Consejo Europeo, en la que está prevista la firma del nuevo tratado. CCOO y UGT convocarán manifestaciones ese día en las principales ciudades españolas. 



Jacek CIACMA