dissabte, 5 de novembre del 2011

Coscubiela en Campanya (article publica avui a “La Vanguardia”, per Filip Vivanco).-

Foto: La Vanguardia


Los bocadillos el zumo se acaban pronto, pero este no es el típico acto de candidato que congrega a cientos de jubilados para prometerles el oro y el moro. Ni JoanCoscubiela está, seguramente, en disposición de llenar treinta autobuses y todos hacia el polideportivo al "estilo Felipe González" ni tampoco es la manera de actuar de Iniciativa, que lejos de estar contenta de cara a la galería con los tres diputados que le da el CIS, parece desconfiada.

ICV siempre tiene que acabar luchando contra el voto útil y sus líderes no se fían. Desayuno con jubilados y pensionistas, una setentena de personas que no están precisamente retirados. Se les ve críticos, dispuestos a ejercer el apostolado en nombre de su candidato. Se les ve activos e implicados en plataformas cívicas contra los recortes sanitarios.

El acto matutino de Coscubiela tiene su miga. No coge el micro para proponer y echar un mitin "psuquero" y para que le aplaudan a rabiar. Los asistentes le aplauden a rabiar pero por otra cosas, porque el candidato les agradece toda la lucha y todo el esfuerzo que ellos y los de su generación han puesto durante décadas para tener el actual sistema sanitario, educativo y de pensiones. Es él quien homenajea al público y no al revés sugiriendo que la crisis actual es muy dura, pero que cualquier crisis pasada no fue mucho mejor y que se salió adelante.

Coscubiela no es muy amante del lenguaje bélico: pero ha recordado a los asistentes que hay que estar "al pie del cañón", que los derechos que se conquistan luego se tienen que defender, porque si no se pierden". Lo dice serio, apenas sonríe, pero no está aparentemente crispado ni dando gritos como a veces sí parecen otros candidatos. Como su homólogo de ERC, Alfred Bosch, el de ICV critica a otras formaciones pero sin ensañarse ni hacer sangrar al adversario innecesariamente. ¿Será porque son políticos no convencionales?